Va por ti, Tete.

La temporada no ha sido fácil. Intenté disfrutar del retiro con mi amada esposa hasta que acabó exhausta debido a mis ganas de volver, retomar mi vida, mi única fuente de alimentación. Tome con mi mano izquierda la pluma estilográfica, me dirigí al aeropuerto y en menos de 4 horas aterricé en Real Tete & Alitósicos Airport, pegado al estadio y excesivamente caro. Ver a los Garchoides jugar a este deporte centenario, no es trabajo, es pasión. Vamos a por materia.

Unos Garchoides irregulares en la anterior liga se enfrentaban a la Xavineta, equipo mediocre, para desvirgarse en la Definitive League (2a Liga 2022-23).

No escaseó intensidad en unos primeros minutos donde contamos con buenos goles de Felpudo y Letudo.

Incrementaba la frecuencia de todo tipo varapalos y desmanes del rival, destacando un grito de Letudo tras un pisotón, la glotis de sus cuerdas vocales tuvieron más trabajo que Iñaki. No puedo ocultar que esa acción me generó tanta hilaridad como a Felpudo y Garchón. A pesar de un gol titánico de T-Dex, todo cambiaría con el 4-1 en la primera parte.

Una defensa garchuda totalmente flagelada concedía ocasiones sin cese del rival e incluso con un jugador expulsado por propiciar una patada sin balón al bueno de LeCuenc. En ese momento pensaba que no me saldría a cuenta el abono de temporada. El partido acabó con victoria ajustada y mirando al siguiente partido.

Los garchudos visitaban a Los Chavales y tras un buen inicio con un gol de Rayo McClean y doblete de Chonets vino un gol en contra con polémica como ingrediente principal.

El árbitro había tomado un bando y LeCuenc se lo iba a hacer saber.

Sin ni siquiera pedirlo, el execrable 9 rival rompió el hielo con un guantazo al pobre susodicho. LeCuenc la devuelve con agresividad y se acaba ahí. Amonestación para cada uno y a seguir. Malas lenguas dicen que el delantero rival se caracteriza por llevar una vida disoluta y perniciosa. No soy quién para valorar a ese sucio cocainómano.

En una de esas jugadas peligrosas de las que me entra reflujo, Danilov le rebanó la tibia al 9. Tiene un fútbol muy difícil de entender. LeCuenc sabe bien que tiene a un mostacho justiciero detrás, caracterizado por su rigidez perenne.

Cuando el equipo se dirigía a una trayectoria descendente sin frenos, siempre hay algo en lo que creer. Puede ser el olor de la esperanza que emana el Sant Ignasi Stadium lo que sostuvo a Garchoides. Es en ese momento, cuando Felpudo, con su guante en el pie, mete el gol que desahoga al equipo. Para sellar la victoria, Letudo Al’Tulais Cotonyol, Sultan de las dos áreas, finalizó con determinación lo que supuso el 6-3.

La resaca de emociones, placer y grandes actuaciones individuales de estas últimas semanas perdura más de lo esperado. Queridos lectores, no son otras que bienaventuradas noticias para este grupo de desquiciados.