Sobando el liderato tras años de sequía
- Chas McCholas

- 9 oct
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Me gustaría empezar con una reflexión. Para usted, ¿hasta dónde llega su compromiso con los suyos? Los garchudos se encontraban ante una misión que mi memoria, más demente que una lechuga, no me permite recordar precedentes: 4 jugadores se turnarían para proteger la portería.
El arranque del partido inició con aproximaciones que, a simple vista, parecían zarpazos con peligro y poco a poco íbamos viendo que eran zarpas sin uñas. Las ocasiones llegaban, se tomaban con cuidado y se vertían con delicadeza por el desagüe. No quiero dar nombres pero Chudo, Letes, PrimoCuenc entre otros, como Felcha o LeCuenc, fueron algunos de los responsables de la desesperación garchuda. Otro responsable de mantener la portería a cero en los primeros 20 minutos de partido fue el portero del Unión Deportiva Nopuedo Tengofurbo C.F.
Se retiró Tibias de "salvador de arco", entregando el testigo a Felcha. Ya saben lo que pasa, en cuanto desaprovechas oportunidades, te pasan por encima. 0-3. El equipo perdía confianza por momentos. Ya os podéis imaginar, la trama se cuenta por sí sola. El equipo me recordaba a cuando uno ve pasar un Bentley nuevecito y, a su lado, un chino con su bicicleta oxidada. Garchoides era el cubrebarros de la bicicleta.
Quiero destacar la figura de Letes que, en los momentos más críticos del encuentro, mantuvo el fuego encendido cuando todo parecía enfriarse. Peleó en todas las posiciones y empezó a contagiar su fe al resto del equipo con un gol antes del descanso. 1-4.
En la segunda parte, parecía otro equipo, el ataque perfectamente coordinado se tradujo en goles por parte de la familia nórdica con Gran Danés y su cachorrito primochico. No se entiende el despliegue ofensivo con total libertad de los atacantes sin este dúo: Hermanochón y Tibias, que pusieron más corazón que orden, y el orden, sentado en el banquillo, sin ganas de entrar. Saltaba uno a por el rival y el otro le protegía las espaldas hasta con su alma si era necesario. Estaban solos pero se tenían el uno al otro. A pesar de todo, su labor fue efectiva, y digna de encomio, frenaron en seco al oponente, que atravesaba la línea del medio campo como el covid en las residencias de ancianos.
Esta pareja de tanques estuvo espléndida pero la pregunta queda flotando: ¿será sostenible este ritmo de ida y vuelta con la mirada puesta en ataque? ¿Qué pasará cuando el motor de estos tanques no dé para tantas revoluciones? Si fuera un analista de gran reputación podría contestar a estas preguntas.
Hablando de maquinaria pesada, simplemente quiero dedicarle unas palabras a Pacomotora, cuyo estado preocupa más que cualquier marcador. Desde aquí, mi deseo más sincero: espero que salga de esta y poder verle sobre los restos de moqueta que yacen en el Garchoides Ultimate Collosus Stadium.
En noches así, uno no sabe si el fútbol se juega con balón o con alma. Garchoides volvió a demostrar que pueden tropezarse con una hoja de papel, pegarse dos tiros en el pie, crucificarse y aun así ganar 6–4, con esa mezcla de caos y talento que tanto entretienen al aficionado raso y que solo ellos entienden.
Antes de acabar, el equipo debería agradecer la prestación de los servicios de Felcha en portería con un registro de 3 goles encajados, cero paradas y seguido de un inolvidable "selecto excremento que soy". En efecto, pero cualquier ayuda es buena. Seguramente es el ejemplo más claro de que su rendimiento mejora a medida que se aleja de la portería. Mejor para el equipo, y también para su moral. Sin embargo, allí estaba listo para dar todo por el equipo. Dicho esto, me gustaría volver a la pregunta inicial. El compromiso es el pilar de un equipo, grupo o etnia; no es preciso que sea de fútbol. Su ayuda allí atrás es un pequeño sacrificio para que en el conjunto, todo encaje más allá del resultado. Por eso quiero agradecer el esfuerzo de los porteros en el día de hoy. Me consta que el compromiso de cada uno de los 'chudos' es inmejorable. Pero hoy, mis escasos halagos han ido para esta causa.








Vaya rastrillo tiene en el pie, dicen que se usa en Central Park para recoger excrementos
Gran crónica aunque salvajemente obsceno el título