Regreso a Segunda pisando fuerte

Volvía Garchoides. Misma indumentaria clásica y nueve meses de sufrimiento, ilusión y altibajos donde la estabilidad mental del aficionado volverá a estar en manos de indomeñables individuos capaces de lo mejor y lo peor en cuestión de segundos. El estreno de temporada de la división de plata nos traía el esperado choque frente a Bravo CF, un examen perfecto para medir si el hincha debía soñar o resignarse pronto al pozo de la miseria.

La militancia garchuda no presenciaba un partido en segunda división desde Febrero de 2024, al conseguir por segunda vez el campeonato de la división de plata.

El balón echó a rodar y Garchoides sacaba de inicio. Pase atrás. Pero la presión asfixiante del rival no tardó en dejar la primera bofetada: balón comprometido al Tibias, ese jugador que confía demasiado en la longitud de su extremidad estrella, se echa la pelota para avanzar y en un abrir y cerrar de ojos, el rival ya tenía el balón con la portería vacía delante. 0-1. Y con ello, un recadito de 300 decibelios por cortesía del siempre tierno Tibias. En urgencias de la Teknon tenían la camilla preparada tras recibir de inmediato el mensaje atronador.

Los primeros minutos fueron una pesadilla. Garchoides se encontraba totalmente desarbolado: pases cortos sin precisión, la garra brillaba por su ausencia y las caras de no querer estar ahí. En ese instante, sólo deseaba ver a T-Dex y Cholas (ambos lesionados) sobre el campo aunque fuera cojeando. No lo podían estropear más. Les deseo una pronta recuperación a esos buenos muchachos.

Pero el fútbol tiene esas cosas. En el minuto 11, el Mago Felcha decidió recordar a todos el origen de su nombre. Con su pierna menos hábil, sacó un disparo cruzado que entró limpio y devolvió la esperanza. Un mago nunca llega tarde. Ni pronto. Un mago llega justo cuando se lo propone. En la sala de retransmisión se escuchó el suspiro del entrenador, como si alguien le hubiera quitado 20 kilos de encima. Desde el cielo, parecía haber recibido un regalo de un viejo amigo cuando más lo necesitaban: Bellino (DEP). Y el destino regaló otro milagro: el Tibias, que minutos antes había dado una lección de desgracia futbolística, ahora despejaba un balón, llevándose a varias almas consigo, que se convertiría en un obús pillando al portero sobradamente adelantado. De la tragedia al éxtasis en apenas segundos. Si esto fuera el guión de una película, no se lo recomendaría ni a mi peor enemigo.

El equipo empezó a reconocerse. Primocuenc y su primo viejo enlazaban combinaciones, Letes recuperaba más balones que el mismísimo Tete, y Felcha ordenaba el ataque con lucidez. En la derecha apestaba a un Chozas que con esa intensidad nos ha brindado de su mejor versión y su fragancia más característica. Aprovecho para mencionar que ha vuelto de vacaciones más fuerte que un cubata de pueblo. Atrás, los cerrojos de acero y tuétano estaban echados con Hermanochon y el propio Tibias.

El tercer gol llegó gracias a LeCuenc, culminando sin ángulo una cadena de pases bien trazados. Luego llegaron los tantos de Primocuenc y Letamina, que sentenciaban el partido con un ‘brace’ cada uno. La goleada estaba firmada si no fuera porque al Tibias le faltan tornillos. Decidió dar un pase al portero como si ejecutara un libre directo a lo Roberto Carlos. Sin sorprender a nadie, ese ladrillo acabó rebotando a un arquero sin capacidad de reacción y sirviendo en bandeja de plata el segundo tanto del rival. Tiene un fútbol muy difícil de entender.

Finalmente, el marcador se cerró con un contundente 7-3. Garchoides logró imponerse a las adversidades del rival y al inoportuno Tibias. El camino de la temporada comienza con una victoria que devuelve ilusión al aficionado, aunque siempre con el miedo latente de las sorpresas que esconde Tibietsk. Haré de abogado del diablo y me atreveré a criticar al rival, la calidad de Bravo UD era cuestionable por las recurrentes y temerarias entradas a destiempo.

Mención especial para Pacomotora, que sin brillar ni marcar, sudó como un templario en batalla, dio la cara en cada balón dividido y ofreció al equipo una segunda vida. El tipo de guerrero que no sale en los focos, pero sin el cual nada funciona.

RCD Bravo ha sucumbido a las armas de los Chudos. Este equipo son unos artistas del caos, capaces de enamorarte y de hacerte llorar a la vez. Bienvenidos, aficionados. El viaje acaba de empezar. Agárrense, que vienen emociones fuertes.