Nuevas ilusiones para la Temporada 2021

Nueva temporada, nuevas caras y nuevas energías. Parece que este año se han armado muy bien después de la nefasta gestión que dejaron los directivos la temporada pasada. A la deriva y sin patrón. Ahora los aficionados vuelven a sonreír. Veremos cuánto dura.

Después de llegar medio partido tarde, no puede empezar peor para los Garchoides F.C. con un 3-0 en contra nada más hacerme un café. Jugaban al futbol con el mismo sentido que una comedia de terror infantil. El único que sostenía las oleadas era El Gran Danés Eric, hijo probeta de Gatusso y Gravesen, que imparte buen juego, orden y solidez defensiva. Se caracteriza por impartir lecciones y técnicas rudimentarias de la escuela Eric Cuenca. Cuenta con más de 50 amonestaciones en toda su dilatada carrera, un récord que le otorga de todo un respeto dentro del vestuario, un perro viejo de la élite, de los que ya no quedan. Es un tipo duro sobre el césped, pero créanme, debajo de esas cicatrices, se esconde un tipo sensible y amigable, que sólo busca muestras de afecto cobradas con lágrimas.

Después de un sprint en el que pegó dos codazos y tres puñetazos hasta línea de fondo, forzó un saque de banda. Rápidamente saca y se la planta a Dani El Tibias quien marca de cabeza la única ocasión del partido. Podías palpar el anti-fútbol ahí mismo, se podía oír a Johan Cruyff llorar… Mientras celebraban el gol, Cuenca se dirige a un jugador rival que yacía tirado en el suelo: “¡es sólo una conmoción tío! Ya te curarás luego en el hospital.”

En la segunda parte, después de una desafortunada lesión de El Gran Danés, el equipo despierta a un ritmo frenético y en 5 minutos generan tres palos y una infinidad de ocasiones. Cuando pensaba que la pelota no iba a entrar, Marquinhos dos Santalo devolvió esperanza a un equipo que merecía más. Este recién fichaje está dotado de un toque que cualquier balón desearía tener como dueño. Un trato del cuero majestuoso, un pasador de manual, con una destreza y delicadeza que ojalá mi mujer me tratase de la misma manera. Cuando parecía más cerca el empate, los rivales dinamitan cualquier oportunidad con un gol de rebote…

Tres minutos para el final y dos goles consecutivos de Diego El Lietas y Palcoañil hacen retumbar a los dos aficionados que se hacen pasar por entrenadores. Ya hablaré de todos ellos en la siguiente jornada. Son perfiles muy interesantes.

Destacar un viejo conocido, Letamina Voladora, tras su última mala actuación, se estaba meditando prescindir de él debido a su sueldo desorbitado. Sin embargo, esta noche volvió como un líder dentro y fuera del campo. Escaló su Urban Flow al terreno de juego. Todo un jolgorio verlo generar un alud de buenas sensaciones.

4 – 4 y el equipo rival aprieta provocando una falta. El árbitro, a dos días para jubilarse, permite el lanzamiento de ésta sin el permiso de Gran Danés y desconociendo la que le vendría encima. Una cascada de gritos y faltadas a su persona hizo que el árbitro, quien tiene más vida a sus espaldas que ante sus ojos, pitara el final de forma prematura, deseando mudarse ya a un bajo sin vistas.

El Tibias se quedó con las mismas ganas de cazar a alguna presa que cuando aguantas hasta las 9 de la mañana en una discoteca.

Un resultado más que merecido para este equipo, a pesar de las ambiguas pero ciertas declaraciones del entrenador: "Estoy bastante contento pero hay que cambiar muchas cosas…”