Brotes verdes en un yermo post-nuclear
- Chas McCholas

- 14 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 sept
Qué agradecido al ver un partido puntual. Segundo partido de previa, donde podría decantarse el destino del equipo esta temporada: directos al olimpo de honor o enterrarse en las indignas profundidades (segunda división).
La ausencia del entrenador no sorprende a nadie, a quien se le ha visto por varios bares de Madrid en un estado desventajoso. O’Redentor ha asumido el cargo de esta panda de cabras de forma valiente e inocente a la vez. Además, el entrenador no ha sido la única pérdida, Siego se desencajó silenciosamente el codo nadie sabe cuándo. Su falta se vio reflejada en la moral de sus compañeros, en especial un apático Letes con fríos números esta temporada.
Nada más empezar, un jugador rival con un aura de Peter la Anguila echó descaradamente a los garchosuplentes de la banda. No promuevo la violencia, pero hay gente que necesita una bofetada bien dada en la cara.
Los Garchoides se adelantaron con un par de goles. A partir de ahí, la inconsistencia fue el pilar de los Garch’s. Los regalos al equipo rival se multiplicaban, y a pesar de la cantidad de ocasiones a favor, LeCuenc asistió a un jugador rival a portería vacía. Perro viejo no estuvo del todo fino en esa jugada.
Al poco tiempo de partido, El Tibias volvía a hacer una de las suyas. Se marcó un doblete óseo prácticamente consecutivo. ¡Me encanta la temeridad de este buen chico!
Existe mucha crítica últimamente en torno a El Tibias, a pesar de que un servidor siempre lo ha defendido. Digamos que él cumple su trabajo: marca su territorio con entradas salvajemente violentas y malas artes.
A medida que los muchachos se adelantaban, iban encajando goles cada cual más innecesario. Dos Santalo, de portero, se lleva el premio: intentó parar un tierno balón del rival con la misma consistencia que la vejiga de un anciano con hiperplasia prostática. Suerte que el chaval encubrió esa jugada con un hat-trick de los suyos. El último fue todo un golazo de penalty gracias a la sabia recomendación de Letamina. ¡Well in, Mark lad!
Destacar otro nombre interesante, Palcoañil un hombre del norte. Su antiguo deporte consistía en pegarse en los bares. Si preguntáis por cualquier pub, os podrán contar delicias suyas. Aporta cemento al centro del campo. Para los que no le han visto jugar, me recuerda más bien a un armario de Ikea empotrado para ser preciso.
6-4 a dos minutos del final. Letamina, traicionado por su tobillo, decidieron darse un break y el balón quedo a merced del rival para el 6-5. A la jugada siguiente los Garchoides encajan el siguiente… Al encajar el sexto y último gol en contra, los jugadores se dan cuenta que el árbitro no había contabilizado el sexto gol de los Garchoides. Y ahí iba LeCuenc, a echar otro de sus gritos. Queda claro que a LeCuenc no le gusta el árbitro, y al árbitro no le gusta LeCuenc.
Buenas noticias con la llegada de un cachorrillo de la cantera: Ceriol Sr. Discreto, cumplidor y disciplinado. Con ganas de verlo con más soltura la semana que viene. Por cierto, mi querido Letamina, incansable, mejorando sus números y proponiendo en todo momento combinaciones más complejas que una guerra civil en Mali. En general, han sido muy superiores a su rival con un juego eléctrico y comunicativo. No escondo mi debilidad por este equipo.







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